«Vinotecas» medievales compostelanas
Las vinotecas parecen un invento reciente en Santiago de Compostela, nacidas a finales del siglo XX unas y en los comienzos del actual otras. Ahà están para dar fe La Bodeguilla de San Roque o O Beiro o la más reciente A Viña de Xabi.
Pero después de leer el último libro de Francisco Singul llego a la conclusión de que la cosa viene de mucho más atrás en el tiempo. Cuenta Singul en Vino y cultura medieval: Galicia y los Caminos de Santiago que en la Edad Media en Compostela se bebÃan vinos del Ribeiro, de la Ulla, de la MaÃa o de Betanzos, pero también de Cataluña, Aragón o Baleares e incluso los procedentes de Portugal y Burdeos. Las comunicaciones por vÃa marÃtima hacÃan posible intercambios comerciales con paÃses lejanos.
hasta la Mariña lucense. Se trataba de un producto de alto valor e incluso hubo momentos en que se fomentó la producción de vino en tierras tradicionalmente cerealeras.
Claro que, según Singul, no todo el paÃs podÃa hablar de la misma abundancia y variedad que se encontraba en Santiago. Los peregrinos que empleaban determinadas rutas, como el Camino Francés, pasaban de una zona rica en vinos (el Bierzo) a otra en el que la bebida más común era ¡la sidra!. Las tierras altas de los Ancares, el Cebreiro y el Caurel no producÃan vino. Y lo mismo pasaba con los viajeros por el camino Primitivo.
Cuenta también Singul costumbres ya desaparecidas que hoy nos parecen más que pintorescas. Como la de los banquetes fúnebres, ya desaparecidos, pero que aún dejan su poso en esos velatorios rurales, realizados en la casa del difunto, donde se ofrece a los asistentes algo de comer o de beber, café, aguardientes y licores. Se trata de una vieja costumbre que tiene los dÃas contados ante la comodidad que hoy suponen los tanatorios presentes en cualquier pueblo gallego.
De esos banquetes funerarios recuerda el autor el dispuesto en su testamento por el compostelano Juan del Campo, que en 1380 ordena que cada año se celebre en su memoria en el convento de Santo Domingo de Santiago una comida para los frailes que rezan por su alma: media vaca, tres carneros, cuatro tocinos, una octava de trigo y dos odres de vino.
El vino también fue protagonista, en el año santo de 1507, de una curiosa manera de celebrar la visita del rey Felipe I, más conocido cómo Felipe el Hermoso. Hubo festejos populares y en la «recién despejada plaza del Hospital» (digo yo que serÃa la actual Plaza del Obradorio), se montó para disfrute popular un estanque de vino de la Ulla.
¡Mucho disfruté leyendo este librito de Francisco Singul, que edita la Asociación de Periodistas y Estudiosos del Camino de Santiago!
Entrevista en A Vivir que son dos dÃas Galicia (Cadena SER)
Hola Miguel, parece moi interesante e entretido o libro de Francisco Singul ¿onde podo conseguilo?. Graciñas e bo verán
Dado que la reina de mi corazón es galega, siempre aprovecho cuando puedo para escuchar y aprender un poco de galego.
La entrada es muy interesante, aunque cuando hace años visité Santiago en las vacaciones de mis pades, la cultura que me rodeaba no era muy vinÃcola. Era más bien de loas a los espirituosos (concretamente al whisky de la sobremesa). Asà que me sorprende esta cultura del vino en Santiago.
La entrevista genial, como digo, me ha servido de clase particular y encima con un tema interesante!
Un saludo.
Me sorprende lo que dices, starbase, ya que en Santiago el vino siempre ha estado y está presente. Aquà no se sale «de cañas» como en otras partes, sino «de vinos», como en el resto de Galicia, que es un paÃs que consume mucho más vino que la media española… y también menos cerveza que la misma media.
Bien, hay que tener en cuenta que yo tenÃa unos 13 años, asà que los recuerdos no son exactos. Además, creo que era algo muy del grupo de amigos que tendÃan más a los licores que al vino. Evidentemente comÃan con vino, pero solÃan hablar más sobre licores. Como yo no tomaba ni lo uno ni lo otro, me ha quedado el recuerdo de los licores.
Evidentemente os contaba mi vivencia y recuerdo personal, nada extrapolable claro.
🙂
garum, polo que me dixeron na asociación que edita o libro, teñen previsto sacar ás librerÃas un pequeno número de exemplares.